jueves, 4 de noviembre de 2010

El nuevo reto

Hablar de Starbucks en El Salvador es solo poner en evidencia lo deprimente y lamentable que se ha convertido el mercado de coffee shops de calidad en el país; en el momento que intereses privados y públicos motivan el consumo de calidad y promueven el conocimiento del café, viene al país una empresa que como negocio es digna de ser estudiada, es un éxito rotundo en el mundo entero, pero que se ha distanciado muchísimo de la calidad de café; el café de El Salvador ha llegado a ser uno de los orgullos mas grandes para nosotros los salvadoreños ha sido reconocido en un sin fin de ocasiones pero aun así nos negamos muchos a reconocerlo como tal y nos dejamos influenciar por "marcas" pero entonces a que vamos realmente, ¿a tomar café o que?

Espero poder ayudar al café de El Salvador lo mas que pueda, y si me dedico a promover la calidad del café de El Salvador no puedo apoyar algo que la daña.


Dejemos de un lado Starbucks y enfoquemonos en El Salvador, yo estoy convencido que la mejor manera de impulsar el café del país es enfocándonos en calidad y aumentando el consumo de café local de calidad en el país, sabias que vender un quintal de café en el mercado local muchas veces genera de 3 a 5 veces mas ingreso que venderlo al extranjero, pero comprar cafés con granos salvadoreños tostados y empacados en EEUU aquí en El Salvador, es quitarle una gran oportunidad a la caficultura salvadoreña que por tantos años fue el sustento del país y ahora olvidada por una actitud malinchista.

Nosotros los involucrados en café tenemos parte de la culpa que estemos como estemos ya que no educamos al mercado, pero en muchas ocasiones el no saber de algo debiese de motivar para conocerlo.


Poema El Café de Nicomedes Santa Cruz


Tengo tu mismo color
Y tu misma procedencia.
Somos aroma y esencia
Y amargo es nuestro sabor.
Tú viajaste a Nueva York
Con visa en Bab-el-Mandeb,
Yo mi Trópico crucé
De Abisinia a las Antillas.
Soy como ustedes semillas.
Son un grano de café.
En los tiempos coloniales
Tú me viste en la espesura
Con mi liana a la cintura
Y mis abóreos timbales.
Compañero de mis males,
Yo mismo te trasplanté.
Surgiste y yo progresé:
En los mejores hoteles
Te dijeron ¡qué bien hueles!
Y yo asentí ?¡uí, mesié!?.
Tú: de porcelana fina,
Cigarro puro y cognac.
Yo de smoking, yo de frac,
Yo recibiendo propina.
Tú a la Bolsa, yo a la ruina;
Tú subiste, yo bajé…
En los muelles te encontré,
Vi que te echaban al mar
Y ni lo pude evitar
Ni a las aguas me arrojé.
Y conocimos al Peón
Con su ?café carretero?,
Y hablando con el Obrero
Recorrimos la nación.
Se habló de revolución
Entre sorbos de café:
Cogí el machete… dudé,
¡Tú me infundiste valor
Y a sangre y fuego y sudor
Mi libertad conquisté…!
Después vimos al Poeta:
Lejano, meditabundo,
Queriendo arreglar el mundo
Con una sola cuarteta.
Yo, convertido en peseta,
Hasta sus plantas rodé:
¡Qué ojos los que iluminé,
Que trilogía formamos
Los pobres que limosneamos
El Poeta y su café…!
Tengo tu mismo color
Y tu misma procedencia,
Somos aroma y esencia
Y amargo es nuestro sabor…
¡Vamos hermanos, valor,
El café nos pide fe;
Y Changó y Ochún y Agué
Piden un grito que vibre
Por nuestra América Libre,
Libre como su café!

1 comentario:

  1. Entonces el problema no es producto, sino de la promoción que se hace del mismo y la distribución. Como te comentaba el sábado el éxito es comercial, no importa el producto que introducen.


    Creo que lo importante es educarnos en esa parte en como emular esa forma de introducción y en mercadear los ya existentes.

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